El Granada Femenino y lo poco que cuesta hacer muy feliz a las personas
Angustias, fiel seguidora del equipo, se llevó una increíble sorpresa por parte de toda la plantilla rojiblanca. Un día que recordará para siempre
Llueva, truene o azote el frío, en la grada de la Ciudad Deportiva siempre hay una misma persona cada jornada en la que juega el Granada Femenino. De hecho, es la primera en llegar, ya sea en metro o autobús, y la última en marcharse. Cuando los partidos finalizan, a las puertas de las instalaciones espera a la salida de las futbolistas y les muestra su apoyo, independientemente del resultado. Más que ídolas, para ella son referentes. Y algunas, incluso, amigas.
Angustias es el nombre de la mayor seguidora con la que cuenta el Granada Femenino. Casualidad o no, de igual forma ella personifica el espíritu de la eterna lucha en su vida diaria. También lo hace cada vez que luce orgullosa, como las jugadoras de Roger Lamesa, la elástica con el escudo en forma de bala que viste en el Granada, en esta ocasión en su equipo Genuine. Ha encontrado en Laura Pérez, Lauri, Cristina Postigo, Naima García, Pamela González, Cristina Moreno, Alicia Redondo, y un largo etcétera, ejemplos de los que aprender a superar adversidades.
Para Angustias, ver cada dos fines del semana al Granada Femenino jugar en casa ya es un motivo de felicidad tremendo. Sin embargo, apoyar con tanto entusiasmo a un grupo de personas extraordinario, dentro del césped y fuera de él, puede provocar que el día menos pensado, el infinito cariño que desprende sea devuelto con creces.
Algo impensable para ella, pero que, sin esperarlo, llegó. No faltó ni un solo miembro de la plantilla ni del cuerpo técnico a la sorpresa que el equipo le tenía preparada en la Ciudad Deportiva durante una tarde aparentemente normal en la que fue “engañada” por su entrenador Manuel Torres-Molina. El preparador del Granada Genuine excusó una parada en las instalaciones del club para recoger unos balones. A partir de ahí, lo que sucedió fue, sencillamente, mágico.
Las butacas de la sala de prensa de la Ciudad Deportiva no estaban ocupadas por periodistas, sino por las futbolistas rojiblancas. Sus caras se hicieron muy familiares para Angustias cuando entró a ella. Sobre todo las de las dos ‘Lauras’, grandes culpables de la organización de la sorpresa y quienes se encargaron de ser las portavoces del equipo. Hubo unos escasos segundos de shock en Angustias antes de que se fundiera en un abrazo interminable con ambas.
No quería separarse de ellas, pero acabó pasando una por una abrazándose y agradeciendo por la bienvenida. Roger Lamesa, visiblemente emocionado, observaba la escena desde el fondo de la sala. En primera fila y de pie, Lauri y Laura Pérez también tuvieron que secarse las lágrimas al contemplar la enorme y tan feliz sorpresa que habían conseguido provocar en Angustias.
No fue la única situación inesperada. Cuando finalizó el carrusel de abrazos y Angustias regresó con sus inseparables Laura Pérez y Lauri, la primera sacó de una bolsa una camiseta. Era otro de los regalos que el equipo preparó para ella.
Laura Pérez, delante de sus compañeras, quiso decirle lo siguiente: “Hablamos Lauri y yo porque somos a las que más nos conoces, pero lo hacemos en nombre de todo el equipo. Si para ti ha sido una alegría, para nosotras ha sido mucho más. Eres un ejemplo. Dices que yo soy la mejor, pero tú también eres muy especial y consigues todo lo que te propones. Somos conscientes de las travesías que haces en cada partido para vernos y ojalá podamos contar siempre contigo”.
Por su parte, Lauri le trasladó “como capitana el inmenso cariño que te tenemos. Hablamos mucho de ti y sabemos que eres nuestra fiel seguidora. Cuando terminan los partidos y te vemos cada domingo en la puerta es una alegría. Esta es tu casa, nos tienes para lo que necesites”.
Angustias venció a su timidez y confesó que lo vivido fue “una gran sorpresa que no me espera. Para mí, el Granada Femenino ha significado todo. Es un ejemplo a seguir. Lo que más valoro es el cariño, la amistad y la humildad de las personas”.
“Por todo lo que sufrí hasta hace un año en el que mejoré de mi enfermedad, este homenaje me lo voy a guardar para siempre. Lo que hacéis por mi y por las personas que tienen discapacidad se quedarán ahí. Las palabras se las lleva el viento, pero estas cosas no” destacó en un muy emotivo discurso la aficionada, culminado desde el corazón con un “seré del Granada Femenino toda mi vida”.
En fila, las jugadoras y el cuerpo técnico pasaron sin excepciones para rubricar sus firmas en la camiseta que a buen seguro conservará con indescriptible cariño. Como un tesoro, justo lo que para ella significa el Granada Femenino.
El equipo de la eterna lucha que es capaz de provocar también la eterna felicidad. Qué poco cuesta conseguirlo cuando se hace de forma sentida, sincera y con ilusión hacia las personas que realmente lo merecen.
CRÓNICA | A pesar de la derrota, el equipo de Arturo Ruiz mostró una muy buena línea de juego
