Hoy se cumplen 10 años de la mayor gesta del Guadix CF
Un 3 de enero de 2001 los accitanos consiguieron doblegar al todopoderoso Valencia CF en dieciseisavos de final de la Copa del Rey, tras un partido agónico (4-4), que se resolvió en la tanda de penaltis tras el fallo de Angulo. Hablamos con el único accitano de aquella plantilla que era Raúl Espínola. Conversamos con el entonces presidente José María Medialdea y con el único superviviente hoy día, el utillero Felipe Ibáñez
23:59 horas del 3 de enero de 2001. Miguel Ángel Angulo, todo un internacional con la Selección Española se dirige con el balón a los once metros de la meta defendida por Jesuli, instalada en el Fondo Sur del Municipal de Guadix. Hasta esos momentos la efectividad máxima y los once penaltis anteriores habían sido marcados tanto por el Guadix como por el Valencia. Quiso Dios que la vista se le nublara o el destino lo quiso así, pero Angulo lanzó el balón a las nubes probablemente ensordecido por las más de 5.000 almas que abarrotaron el Estadio Municipal de Guadix en aquella noche mágica. A partir de ahí, el Guadix CF escribía el mayor hito en su historia futbolística y hoy 3 de enero de 2011 se cumplen 10 años de aquella fecha que ningún habitante de Guadix y comarca puede quitar de su retina.
El Guadix CF era un humilde equipo con un presupuesto de 120 millones de pesetas, de los más bajos de la categoría en el grupo IV de Segunda División B. Sería la última de las cuatro temporadas que el Guadix estaría en Segunda B, puesto que posteriormente ha deambulado por Tercera, Liga Andaluza e incluso cayó al pozo de Preferente. Para una ciudad de 20.000 habitantes era impensable poder ganarle al Valencia y más a un conjunto ché que ese año perdería en penaltis la final de la Liga de Campeones ante el Bayern de Munich y que, en ese momento, era el líder de Primera. Su técnico, Héctor Cúper, no sabía en los días previos dónde estaba Guadix, pero la ciudad troglodita ya se ha convertido en uno de los días negros en la historia del conjunto valencianista. Aquel día, Cúper ninguneó a un rival que era el colista de Segunda B y dejó sin viajar en Valencia a jugadores como Cañizares, Albelda, Mendieta, Anglomá o Farinós. Pero tampoco eran moco de pavo los que venían y es que durante más de 120 minutos jugaron internacionales como Palop, Milla, Vicente, Angulo, Juan Sánchez o Baraja. E incluso campeones del Mundo o de Europa como el francés Didier Deschamps o extranjeros de la talla de Carew, Diego Alonso, Ayala o Fabio Aurelio.
Pero dejemos al conjunto ché y vayamos a los auténticos héroes. Los amantes del fútbol en la comarca accitana recordarán el revuelo que se formó en los días previos a la cita. Al Guadix, tras eliminar al Poli Ejido en su casa, le podían tocar en suerte Mallorca, Español, Villarreal, Valencia o Barcelona. Todos querían al Barcelona, pero finalmente la bolita dijo que Valencia y a partir de ahí la locura en la Ciudad Episcopal. Se acabaron las banderas, las bufandas, los llaveros, las trompetas, los pins, todo tipo de artilugios para hacer del Municipal de Guadix una caldera y una fiesta frente al Valencia. Tanta fue la demanda que los directivos del Guadix se vieron obligados a instalar gradas supletorias para albergar a los más de 5.000 espectadores que acudieron al campo. Desde tres horas antes del partido, la calle Pedro de Mendoza cercana al Estadio, se convirtió en una riada de gente sin comparación en los años anteriores de los ascensos a Segunda B y es que la cita lo merecía, a pesar de los precios de las entradas que se establecieron en 4.000, 6.000 y 8.000 pesetas. A las nueve y cuarto de la noche, el colegiado Carmona Méndez dio el ok y comenzó la mayor gesta que se pueda imaginar en la que David se comió a Goliat. Lo hizo en una noche desafortunada de Palop que no pudo atajar los disparos de Carlos Pollo, Pichi y Samuel. El Guadix se puso 3-0 a los 40 minutos y ni los más viejos del lugar podían imaginarse algo similar. En las gradas muchos escuchaban Carrusel Deportivo y oían a un Pedro Morata que no le encontraba explicación al baño que el Guadix le estaba dando al Valencia. En la grada, el entonces alcalde de Guadix, José Luis Hernández Pérez, junto al presidente del Guadix, José María Medialdea o al Obispo de Guadix, Juan García-Santacruz, saltaban de alegría sin creerse lo que estaban viviendo. Otro de los sorprendidos y más preso de la emoción, era Pedro Baena, locutor de la Cadena Ser en Guadix que radió los encuentros del Guadix durante muchos años. Antes del descanso, Vicente recortó distancias (3-1) en una falta escorada.
El técnico responsable de la machada fue el catalán Antonio Teixidó que actualmente entrena al Club de Fútbol Ampostá en el Grupo V de Tercera División. Teixidó no pudo salvar al Guadix ese año del descenso, pero su nombre quedará grabado en los anales de la historia. En el descanso le dijo a sus jugadores que ya que iban 3-1, lo que era imposible se podía hacer realidad. Nada más comenzar la segunda parte, Cúper dio entrada a Baraja y éste puso el 3-2. Los nervios comenzaron en la grada que sufría cuando veía la gran envergadura de un John Carew que bajaba todos los balones. En el minuto 62, el defensa Samuel conectó un cabezazo certero que ponía más cerca el milagro (4-2). Los minutos pasaban, Zahovic puso la emoción (4-3) y un penalti discutido en el 92, mandaba el envite a la prórroga con otro gol de Zahovic (4-4). Parecía que al Guadix el cansancio le haría mella e incluso Juan Sánchez sembró el pánico con dos lanzamientos al palo en la prórroga. A partir de ahí, la historia conocida con el fallo de Angulo e inmediatamente el césped del Municipal se llenó de más de 5.000 personas que hondearon a sus jugadores a hombros con todo tipo de cánticos.
La fiesta se improvisó en el vestuario, los directivos fueron al bar Boabdil y luego en la Discoteca La Noche, pero hasta el siguiente día cuando toda la ciudadanía accitana fue a comprar la prensa nacional y deportiva, nadie era consciente de que aquello que pasó por sus ojos la noche del 3 de enero era realmente verdad. La piña de los jugadores del Guadix celebrando los goles era portada en Marca, As, Mundo Deportivo, Ideal,… En realidad, los que estuvieron y estuvimos allí, tendrán la oportunidad de contarles un día a sus nietos y nietas que el Guadix superó al Valencia en una noche para el recuerdo. Posteriormente, el Guadix caería en Octavos de Final ante el Granada tras el polémico penalti de Cervián, pero la historia ya estaba escrita.
En primera persona y el único accitano
Aprovechando las fechas navideñas, Raúl Espínola Jiménez, descansa en su casa de Guadix y nos atendió con amabilidad un día antes de regresar a tierras albaceteñas para volver a coger el mediocentro de La Roda, conjunto de Tercera que aspira a subir a Segunda División B y en el que Espínola ha conseguido el gol 1000 de su historia y es un auténtico ídolo. La familia Espínola masca las 24 horas del día ambiente de fútbol. No en vano, su hermano Miguel Ángel consiguió llegar a jugar en el Recreativo de Huelva en Primera División e incluso batir a Casillas en el Santiago Bernabéu. Espínola era el único accitano de esa plantilla que pasó a la historia en la noche mágica del 3 de enero cuando derrotaron al Valencia. A sus 29 años, sigue conservando muchos recuerdos de aquel día en el que salió al campo en el minuto 63 y guarda con especial cariño la camiseta de todo un campeón de Europa y del Mundo, como Didier Deschamps. Espínola, que ha jugado en otros equipos granadinos como Motril o Arenas, contó en su día con el beneplácito del técnico Antonio Teixidó. Éste le dio la auténtica oportunidad de jugar y de ser partícipe de una noche que recordaba visiblemente emocionado diez años después: “Lo recuerdo con mucho cariño, eso es una cosa que no se olvida nunca, es uno de los días más bonitos que he podido tener en carrera y no creo que en Guadix se haya vivido un día más emocionante que el día del Valencia”.
Espínola recuerda con cierta guasa la noche del 31 de diciembre, en la que Teixidó los concentró en la Discoteca Bárbara para que no se alargara la Noche Vieja, teniendo en cuenta que se enfrentaban el día 3 de enero al que luego sería Subcampéon de Europa ese año. Los días previos al partido se vivía un auténtico revuelo de periodistas, lo que era nuevo para una plantilla que contaba con un presupuesto solamente de 120 millones de pesetas: “Esos días se vivían con mucha ilusión porque no estábamos acostumbrados a ese tipo de seguimiento por parte de tanta gente. Era ilusión sin ningún tipo de nervios porque sabíamos que no teníamos nada que perder y si conseguíamos dar la campanada iba a ser una cosa impresionante como así fue”.
El Valencia de Héctor Cúper era el rival, aunque podía tocar también el Barcelona: “Cuando nos enteramos, nos pusimos muy contentos y también lo vimos como una salvación económica por los problemas que estábamos pasando. Todos queríamos el Barcelona, pero que nos tocara el Valencia era algo increíble porque ya había llegado a la final de la Copa de Europa”. Espínola habla de ese día como “ilusión increíble” a sus 19 años y asegura que “yo sería seguramente el que estaba más nervioso de todos al ser el más joven de la plantilla y en mi pueblo, con toda tu gente en la grada. Poder estar viviendo eso contra el Valencia era un sueño, un momento precioso”.
Ese martes 3 de enero que pasaría a la historia fue para Espínola un día normal, sólo cambiaba la rutina porque el partido se jugaba a las nueve y cuarto de la noche: “Al jugar en casa me levanté pronto, desayuné y comimos en casa. Nos juntamos para merendar en el Hotel Comercio, todos estábamos pendientes de la convocatoria del mister y todos nerviosos. Fue un día que tienes unas ganas de que llegue increíbles”. Al verse entre los 16 convocados, Espínola asegura que tenía “plena confianza en entrar en la lista, pero siempre hasta que el mister no da la convocatoria no te ves dentro. No nervios, sino que quería ser partícipe del momento por la ilusión”.
Espínola vivió desde el banquillo los primeros 45 minutos, en los que el Guadix se llegó a poner 3-0 con los goles de Carlos Pollo, Samuel y Pichi. El jugador de La Roda recuerda con especial cariño la portada del Marca del siguiente día en la que el árbitro extremeño Carmona Méndez le invitaba a irse hasta el banquillo en una de las celebraciones de los goles: “No dábamos crédito a ir ganándole al Valencia 3-0 y además que no se le veía reacción a ellos tampoco. Nos tirábamos por el campo en las celebraciones, impresionante”. El técnico Teixidó mandó a calentar a Espínola tras el descanso y le dio entrada en el minuto 63, con el 4-2 a favor: “Me dijo que había aguantar, que había que poner ahí todo porque salíamos de refresco. Se me pasó todo muy rápido, no llegas a pensar en nada, entras en el partido y como ellos tienen un ritmo tan grande, te quieres meter en el partido lo antes posible y ya no escuchas a la gente ni nada. Me acuerdo que en un corner me tocó marcar a Ayala, ahí paras un poco, respiras y en ese momento uno se da cuenta y dices es verdad, porque antes todo parecía un sueño”.
Espínola recuerda sus minutos en el campo con mucha nostalgia: “No me dio tiempo a intercambiar impresiones con los jugadores del Valencia, pero sí hubo un par de tanganas en las que participaron Baraja y Ayala, te apartaban un poco y los veía como veteranos”. Espínola, amante del fútbol de toque y buscador de jugadas imposibles, se quedó prendado del juego de Baraja: “Es verdad que Carew en este campo pequeño llamó mucho la atención porque le colgaban los balones y los tocaba todos, pero a mí Baraja cuando entró un rato fue espectacular. Otro que me impresionó muchísimo fue Ayala que pegaba unos saltos increíbles”.
En la prórroga y con 4-4 en el marcador, el valencianista Juan Sánchez envió dos balones al palo. Por fortuna, se llegó a los penaltis, con 6-5 a favor del Guadix, Angulo envió el balón al limbo, pero el siguiente tirador accitano hubiera sido Espínola. Ahí sí que reconocía estar nervioso nuestro protagonista: “Fue el momento que más en tensión estuve de toda la eliminatoria. El mister me había dicho dos lanzamientos antes que me tocaba, es todo tan rápido que te mandan al centro y yo estaba esperando a que tirara Angulo y cuando ví que tiró arriba suspiré. Si hubiera tenido que tirar, me hubiera decidido por un lado y pegarle con todo”. Cuando Anguló lanzó a las nubes, “es una alegría increíble, enseguida la gente se tiró al campo, no te da tiempo a nada. Vino la gente, me abrazó, me subieron, me quitaron las botas, nos costó un mundo llegar al vestuario y la verdad que había muchísima gente”. Dentro del vestuario la fiesta siguió: “Hubo muchos gritos, abrazos, saltos, felicidad, muchas cámaras e incluso compañeros haciendo entrevistas ellos mismos”.
Para el Valencia fue una decepción muy grande perder ante el colista del grupo IV de Segunda División B, pero Espínola se llevó el recuerdo de la camiseta de Deschamps que lucía el 4: “Ellos no se esperaban esta situación, al final las caras que llevaban no eran como para pedirles muchas cosas. El intercambio de camisetas lo gestionó la misma directiva del Guadix y yo me quedé con la de Deschamps porque me hacía ilusión tener la camiseta de un campeón de Europa y del Mundo. La mía de ese partido me la pude quedar y se la regalé a mi hermano Alberto que le gusta mucho coleccionar camisetas”. Una vez terminada la ducha, “salimos muy tarde del vestuario porque el partido acabó después de las doce de la noche, cenamos algo rápido y todos los que quisieron subimos a la discoteca La Noche a tomar una copa y no dio tiempo para más”. Al levantarse el día siguiente y comprar todos los periódicos, “ahí es cuando realmente te crees que no ha sido un sueño lo que ha pasado. Vas al entrenamiento, ves tantas cámaras, hablas con los compañeros, repasas todo y dices es verdad lo que ha sucedido”. A los cuatro días el Guadix cayó 6-0 en Dos Hermanas: “No estábamos preparados para tanta alegría. Pasamos a la cruda realidad, había un campo embarrado totalmente impracticable, no sé si estábamos todavía con la resaca, pero nos empezaron a caer goles, nos mirábamos y era incomprensible que un equipo que le puede ganar al Valencia, luego sea capaz de perder 6-0”. Tampoco entiende Espínola, una vez pasados 10 años, cómo el Guadix bajó ese año a Tercera para no retornar nunca más a Segunda División B: “No le encontramos nosotros explicación, muchas veces lo repaso y había muy bien equipo. La Copa es muy bonita, pero cuando tienes una plantilla más bien corta, luego te pasa factura también. Son partidos que te hacen ir despistándote en la liga y al final acabas pagándolo”. Unos días después, el Guadix cayó en Octavos de Final de la Copa ante el Granada tras el polémico gol en la tanda de penaltis de Cervián: “Fuimos a Los Cármenes con la eliminatoria totalmente abierta y aquello fue surrealista porque no había ninguna norma escrita para ese tipo de penalti. Recuerdo que Teixidó me cambia la segunda mitad, veo los penaltis desde el banquillo. Peramós para el penalti, salto de alegría y los del Granada también. No nos los creíamos, nos llegaban noticias de que los árbitros de Canal Sur decían que no valía, pero esos 20 minutos que estuvo parado el partido nos vinieron fatal y al final Pedro lanzó el penalti fuera”.
Espínola repasó con Granada Hoy sus vivencias con algunos de los catorce compañeros que tuvieron la oportunidad de jugar ante el Valencia y recuerda que ese día Teixidó empleó un 4-4-1-1, con un mediapunta (Navarro) y un punta (Pedro): “No fue un año fácil para ninguno de mis compañeros por la trayectoria en la liga. El meta Jesuli vino con un nombre aquí importante del Sevilla y quizás no tuvo un año afortunado, pero cuando el fútbol te da una alegría como un partido así se emocionó bastante. Con los defensas Carlos Pollo y Samuel me llevaba fenomenal. Otros años con Pollo estuve de compañero en Novelda y con Samuel me veía con él en Alicante y fueron dos de las personas más importantes. Pichi llegó tarde, pero era un futbolista de una calidad que se hizo en el vestuario de querer muchísimo y mandaba mucho. Con los granadinos Rafa Guerrero y Raúl Guzmán me llevaba bien y eran dos personas muy honradas a nivel futbolístico”.
El técnico Antonio Teixidó fue el principal baluarte del ascenso meteórico en la carrera de Espínola y se lo llevó después a Novelda: “Cuando firmé yo en Guadix estaba Pepe Parejo que al principio no contó mucho conmigo. Cuando llegó Teixidó, él empezó a contar conmigo desde el primer momento, me hizo sentir importante, mantengo una relación muy buena y en los equipos que iba me llamaba para estar conmigo”. En el Novelda tanto Espínola como Teixidó eliminaron al Barça de Van Gaal en el año 2002, “pero tuve la desgracia de no vivirla tan de cerca porque me había roto el ligamento cruzado”.
Espínola está contento de su estancia en La Roda y ha pasado a la historia al marcar el gol 1000 del club: “El año pasado quedamos primeros, tuvimos el ascenso en la mano y en el minuto 93 nos marcaron y nos lo quitaron. Este año se hizo otra plantilla para ascender, estamos terceros y con perspectivas de luchar otra vez por el campeonato porque el equipo es bastante fuerte. Hace un par de jornadas, estaba todo el mundo a ver quién conseguía marcar el gol 1000 de La Roda y conseguí marcarlo yo y me han dado una placa”.
Por último, Espínola confía en que el fútbol en Guadix y más en el equipo senior, consiga situarse mínimo en Tercera División: “Creo que en los últimos años se venía haciendo algo muy acertado aquí en Guadix porque se estaba contando mucho con la gente de aquí de Guadix y el equipo estaba dando unos resultados más que aceptables. En el último año se ha cambiado un poco la dinámica y los resultados no mejoran. Apostar por la cantera aquí en Guadix tal y como está en el panorama económico en la sociedad, es lo más idóneo para tener una base para el futuro y podamos subir al Guadix de categoría para vivir cosas tan bonitas como las del día del Valencia”.
Un superviviente en la plantilla actual
Felipe Ibáñez lleva más de 18 años preparando el material de los jugadores de la plantilla del Guadix CF. Este accitano es el único superviviente de la plantilla actual, ya que sigue preparando las botas, las medias, los pantalones y las camisetas de los jugadores accitanos en Liga Andaluza. Felipe ha sido testigo de los cuatro años mágicos en Segunda B y, sobre todo, de aquel 3 de enero de 2001. En la sala de trofeos junto a la que trabaja a diario, se guardan multitud de recuerdos de ese día, donde resalta un banderín que entregó el Valencia CF al Guadix CF.
El utillero del Guadix CF guarda un especial recuerdo de ese día y lo recuerda para Granada Hoy: “Mis recuerdos son los mejores, para mí fue el mejor partido del Guadix CF en los 18 años que llevo en el club. Hay que tener en cuenta que aquel Valencia fue subcampeón de Europa y en ese momento era el líder de la Primera División”. En el momento en que Angulo lanzó el penalti a las nubes, “pensé que de verdad lo habíamos eliminado, algo impensable tras la prórroga en la que el Guadix andaba muy justo de fuerzas. Lo que pienso que será difícil que vuelva a suceder son las 6.000 personas que invadieron el campo y la alegría que hubo ese día en la ciudad de Guadix”.
Felipe recuerda que ese día no cambió ningún hábito a la hora de preparar el material y siguió la misma rutina: “Preparé el material igual que siempre, no por ser un partido grande iba a preparar el material diferente”. Este profesional de su trabajo recuerda que en el Valencia vino como utillero el conocido Españeta “y el mejor recuerdo que tengo es ver el campo lleno cuando el Valencia llegó al estadio. Me da a mí la sensación que los futbolistas del Valencia cuando los vi, ellos pensaban que iban a ganar sin bajarse del autobús”. Respecto a la celebración, Felipe que es un hombre tranquilo asegura que “mi celebración fue con los futbolistas, con el cuerpo técnico y algunos aficionados, pero poca celebración porque al día siguiente había entrenamiento y entre recogida de ropa y limpiar las botas me acosté sobre las cuatro de la mañana”. Por último, Felipe recuerda con especial cariño que en el vestuario del Guadix “había futbolistas que se metieron estampas de santos en las espinilleras. También me llamó la atención que los futbolistas dijeron cuando acabó el partido que se había ganado porque había bajado el Obispo a animarlos al vestuario y como no fue al partido del Granada, pues que por eso se perdió”.
El presidente que pasará a la historia
El empresario José María Medialdea fue el presidente en esa temporada que se cerró con un gran déficit económico y el descenso a Tercera, a pesar del espaldarazo que supuso la eliminatoria de Copa ante el Valencia. De aquel 3 de enero, los recuerdos para Medialdea son inolvidables y los recuerda para Granada Hoy: “Tengo recuerdos extraordinarios, lo recordaremos no solamente la directiva y el equipo, sino todo Guadix”.
El presidente se vio desbordado por la atención informativa los días previos y posteriores: “Desde Valencia se volcaron mucho tanto en radio, prensa y televisión y fueron días en los que presenciamos lo que nunca habíamos vivido en el Guadix”. José María asegura que guarda muchísimas anécdotas del partido, la mayoría desconocidas por los aficionados: “Excepcionalmente porque nunca había sucedido esto en un campo de fútbol, el señor Obispo bajó al vestuario a bendecir a la plantilla a petición del entrenador Antonio Teixidó y yo me quedé sorprendido. Le dije, Antonio que no van a ninguna batalla, que van simplemente a jugar un partido de fútbol. A raíz de aquel triunfo, la plantilla quería que viniera el Obispo cada partido”. Medialdea guarda también entresijos de la relación con los directivos del Valencia: “Pedro Cortés estuvo muy nervioso todo el partido y ya en la primera parte con el 3-0 daba el partido por perdido. A pesar del varapalo que les supuso, fueron muy caballerosos en todo momento tanto él como el que fuera luego presidente Fernando Roig. Recuerdo que al acabar el partido se encontró muy mal Pedro Cortés con un problema no sé si de corazón y tuvimos que llevarlo al Centro de Salud. Yo aproveché cuando fui allí para que me dieran alguna pastilla también porque estaba tan nervioso como el pobre Pedro. También tuve buenas relaciones con Sol, que fue jugador del Valencia, del Madrid y de la Selección”.
El presidente del Guadix recuerda con nostalgia que los penaltis no los pudo ver porque “eso fue superior a mis fuerzas. Después del partido, asistí a la rueda de prensa que dio Antonio y las entrevistas no pararon al día siguiente porque fue algo impensable. Hay un video de ese partido y luego hicimos una comida de celebración en el Restaurante Boabdil que estuvo marcada por la alegría, ya que fue un gordo de la lotería”. José María acudió en varias ocasiones a la sede de la Federación Española de Fútbol a los sorteos: “Estuvieron especialmente amables Villar y el resto con las cenicientas del sorteo. No hubo ningún sorteo para ir a buscar las bolas y no fue un partido relevante el que me tocó emparejar. Y luego la estancia allí fue increíble conocer a todos los presidentes. Había dos premios que eran grandes el Barcelona y el Valencia. Nos tocó el segundo premio, pero a mí me pareció que era el primero”.
Para Medialdea supuso algo muy grande hacer feliz a tanta gente por un día: “Tengo que sincerarme que supuso mucho, pero hubiera cambiado ese resultado por haber salvado la categoría ese año. Nos queda ese buen recuerdo, pero no me compensó en ningún momento”. Ese mismo año Medialdea dejó sus funciones vinculadas al Guadix CF: “Como aficionado lo he seguido y lo seguiré siempre toda mi vida, lo que pasa es que son etapas que hay que pasar y que otros tienen que venir. Por ejemplo, Antonio Teixidó me llama todos los días 3 de enero y nos felicitamos el año en esa fecha tan importante. Tengo con muchos otros estamentos del fútbol cierta relación que cada vez se va enfriando por no estar totalmente vinculado al fútbol y con un periodista de Las Provincias de Valencia que me llama siempre porque comparé esto con la batalla de Santiago de Cuba, cuando sabía que iba a perder”.
CRÓNICA | El Arenas de Armilla arañó un punto tras jugar desde el minuto 15 en inferioridad numérica
CRÓNICA | El conjunto verdinegro se llevó el triunfo del feudo del Torredonjimeno y se pone a dos puntos de la zona de playoff