Fractura
CRONTRACRÓNICA | La afición rojiblanca mostró su descontento con la situación que vive el equipo y el club
Pocas horas después del pitido final, el Granada anunciaba la destitución de Guille Abascal, especie de crónica de una muerte anunciada tras lo acontecido una noche más en Los Cármenes, con un equipo desorientado y una afición levantada en armas contra todo y contra todos, convirtiendo la situación en insostenible.
Después de probar las mieles de un equipo aguerrido y comprometido con la causa, que llegó a pasear el nombre del Granada por los campos de Europa, la fiel parroquia rojiblanca ha asistido a la degradación de la institución, con una batería de medidas que han dado la espalda a la grada, creando una fractura que no será sencilla restañar.
A pesar de los incontables sinsabores, la hinchada rojiblanca respondió una vez más, agotando los abonos tras el doloroso descenso, en una muestra clara de madurez y resiliencia, esperanzados en asistir a un resurgir que no se ha producido, lo que ha terminado por colmar la paciencia de una grada que, como un perro maltratado, cansado de los golpes, desconfía de todo lo que hay a su alrededor, lanzando dentelladas al vacío.
En la previa, Abascal confiaba en que los 17.000 abonados se hiciesen oír para imponerse a la afición visitante, un deseo que se hizo realidad, pero con Los Cármenes clamando contra la directiva, el entrenador y los jugadores, con sonido de viento y cánticos que acompañaron el transcurso del encuentro, escenificando el estado de crispación en el que vive instalado el club desde hace tiempo.
Hasta lo que debía haber sido una explosión de alegría con el gol de Neva quedó rápidamente empañada por el gesto del capitán, que mando callar a la grada, mostrando una actitud reprochable que terminó por enervar a la hinchada, hastiada de la situación y de la impunidad de los culpables.
A pesar de no contar con grada de animación, cercenada por el club con la intención de arrebatarle el altavoz a la afición, Los Cármenes ha alzado la voz, evidenciando de forma enérgica su descontento con la deriva que está tomando la entidad, que corre el peligro, si no se remedia a tiempo, de volver a los años de campos de tierra y filipinos.
El central rojiblanco confesó que "estamos recuperando un lastre importante de puntos que los dejamos en el inicio de la temporada"
