En la previa del Cartagena - Granada también se respiró fútbol
En representación de sus respectivas federaciones, las aficiones compartieron un ameno rato de hermanamiento. Los jugadores, arropados tanto en el hotel como en el estadio
No todo el foco de interés en la previa de un partido de fútbol se debe centrar en lamentables incidentes. De hecho, se tratan de algo de lo que no habría que hablar. Sin duda alguna, significaría la mejor de las noticias, ya que es imposible reseñar algo que no ha ocurrido. Desgraciadamente, en Cartagena sucedieron, pero también se pudo vivir la otra cara del fútbol, la del disfrute mutuo entre aficiones hermanadas que interpretan este deporte como un instrumento de unión.
Eso último quisieron promulgar las federaciones de peñas del Granada y del Cartagena en las horas previas al encuentro. En representación de sus aficiones, varios miembros de sendos colectivos compartieron un agradable rato de almuerzo, en el que reinó la fraternidad.
El resto de los más de 600 fieles que acompañaron al Granada en tierras murcianas inundaron desde primera hora del mediodía la zona más cercana al Estadio de Cartagonova. Los bares y restaurantes de las avenidas anexas adquirieron tonos rojiblancos en sus terrazas, reponiendo fuerzas después del viaje y preparando las gargantas de cara al partido.
En torno a un par de horas antes del duelo, la afición granadinista se dividió. Unos optaron por apoyar a los jugadores a la salida del hotel Alfonso XIII, y otros tantos se dirigieron directamente al estadio para brindar un alentador recibimiento a la llegada del autobús. Con cánticos y bufandas al viento, la panorámica se presentaba más que idónea para lograr el primer triunfo lejos del ’Nuevo Los Cármenes’ dos meses y medio después.
Ya dentro de Cartagonova, los centenares de rojiblancos poblaron al completo la parte baja de uno de los fondos del feudo albinegro. Aunque ese color rojiblanco también estuvo presente en distintos rincones del estadio. Todos ellos se arrancaron en una sonora ovación cuando Aarón Escandell, portero del Cartagena, saltó al verde en el calentamiento, respondido con aplausos por parte del ex granadinista.
La hinchada nazarí sufrió en la primera parte, se ilusionó en la segunda gracias al juego y las constantes ocasiones que protagonizaron los suyos, y se llevaron las manos a la cabeza cuando no podían pasar del “uy” al “gol”, sobre todo en oportunidades de Uzuni y Callejón. Les supo a poco el punto obtenido y la sexta jornada a domicilio sin marcar, pero no les evitó a muchos de ellos esperar a la plantilla a su salida del estadio para culminar la jornada y mandar el primer aviso hacia el jueves, fecha en la que el Levante visitará la ciudad de la Alhambra. Incluso Aitor Karanka se llevó una camiseta conmemorativa por parte de un grupo de aficionados que confían en el tren del ascenso.
Es decir, en Cartagena no solo se vivió el lado amargo del fútbol, el de la violencia. También se respiró ese ambiente que tanto gusta, y al igual que algunos pocos se quedaron sin poder presenciar el encuentro, otros muchos se marcharon sin poder saborear un triunfo, pero con alguna amistad más. Al fin y al cabo, es solo fútbol, y por qué no aprovecharlo para verlo como una vía transmisora de pasarlo bien, tanto mayores como pequeños, en lugar de utilizarlo como la ya tan famosa “excusa”.
Fútbol, baloncesto y atletismo se disputan el protagonismo
Las actividades comenzarán a las 16.00 horas y finalizarán a las 18.00 horas
